Cada vez está más claro: realizarte una prueba de esfuerzo puede ahorrarte más de un disgusto.
Últimamente no hacen más que oírse noticias desgraciadas que suceden en pruebas deportivas.
Y cada vez son más frecuentes…
¿Sabemos realmente a qué nos enfrentamos en nuestros desafíos deportivos?
Prueba de esfuerzo: La importancia de la seguridad
Es un hecho que el deporte recreativo ha «sufrido» un boom en los últimos años.
Y no tiene pinta de que vaya a parar, sino todo lo contrario.
Cada vez somos más las personas que nos movemos.
Y eso es algo genial, porque el sedentarismo nos estaba comiendo (España es el país europeo más obeso, muy cerquita ya de Estados Unidos).
Pero todo tiene su cara B, su lado oscuro.
Y es que hay que practicar deporte con cabeza, sin lanzarse a lo loco.
Prueba de esfuerzo: Por qué hacerla
Si me estás leyendo ahora mismo, seguramente tienes ya una edad. No es que estés al borde de la jubilación (que también puede ser), pero ya no eres una adolescente.
Y el cuerpo ya no asimila los esfuerzos tan increíblemente bien como antes.
Es más, puede que antes no hicieras estos esfuerzos.
Así que más vale prevenir.
Yo procuro hacerme una prueba de esfuerzo todos los años, o al menos cada dos.
Y mis razones son las siguientes:
Una prueba de esfuerzo descarta enfermedades graves
Puede que tu te sientas bien, pero que haya algo que no esté del todo OK en tu sistema cardíaco.
No te quiero asustar, generalmente te haces la prueba y todo está perfecto. Pero más vale prevenir que lamentar.
Saber que tu corazón funciona de manera correcta es una manera estupenda de salir a practicar deporte más tranquila.
Una prueba de esfuerzo sirve para medir tus límites
En una prueba de esfuerzo generalmente el médico que te la realiza te aprieta hasta tu límite, hasta que no puedes más.
Por eso se llama prueba de esfuerzo, ¿no?
Y además, en función del tipo de prueba de esfuerzo que hagas, te vas a ir a casa sabiendo cuáles son tus zonas de entrenamiento.
Y de esa manera vas a poder entrenar mejor.
Una prueba de esfuerzo no es cara
Estamos hablando de precios que rondan los 40€ la prueba más básica y los 120€ las que incluyen test de lactato o análisis de gases (las más completas).
Es cierto, es dinero.
Pero te aseguro que es todo cuestión de perspectiva.
Déjame que te pregunte algo: ¿Cuánto vale para ti tu salud y tu seguridad?
Yo no soy capaz de ponerle precio a la mía. Por eso considero que, para toda la información que te da y la tranquilidad que te proporciona, no es cara.
Hay pruebas y marchas que te exigen hacerte una prueba de esfuerzo
Cada vez son más los organizadores que exigen, a la hora de inscribirte, presentar un certificado médico de que estás «apta» para realizar su prueba.
Sobre todo en Francia, no será la primera vez que para correr un triatlón he tenido que presentar los resultados de mi última prueba de esfuerzo.
Así que si no te quieres quedar fuera, tendrás que hacerte una.
Prueba de esfuerzo: Dónde hacerla
Sobra decir que, si te vas a hacer una prueba de esfuerzo, es necesario que sea un médico quién la supervise y la controle.
Actualmente hay cierta controversia con el tema de si los entrenadores (licenciados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte) pueden realizarlas.
Lo último que sé es que pueden hacer pruebas para determinar los límites y valores de los esfuerzos, pero no pueden hacer, evidentemente, un chequeo médico.
Por lo tanto, si quieres una prueba de esfuerzo para descartar enfermedades y salir a hacer ejercicio segura, un centro médico deportivo es la mejor opción.
De hecho muchos médicos de cabecera ni siquiera aceptan firmar los certificados de aptitud física (para permisos de armas, oposiciones, etc.).
Si quieres mi consejo personal, yo siempre me pongo en manos de Marisa, en Survey.
Hace como 20 años que voy a su consulta y siempre me trata fenomenal.
Además, qué mejor que siempre sea el mismo médico quien te la hace, que conoce tu historial y te conoce a ti.
En enero volveré a hacerme otra, porque además a partir de los 40 hay que vigilar más de cerca el cuerpo.