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Este año ha supuesto un punto de inflexión para muchas chicas del club. Han dejado atrás sus  miedos a la competición y han dado ese paso del ponerse el dorsal para participar en una de las pruebas nacionales más duras, The Goods Madrid Tajo Internacional- Lisboa. 

Si ya daba ese paso anteriormente Mónica participando en la Titan Desert, esta vez les tocaba a las 8 integrantes de lo que fueron los dos equipos que nos presentamos a la prueba, Volotea uno, y Bizikume el otro. Fuimos dos equipos para hacernos compañía sobre todo en esas etapas nocturnas que tan mal pasé yo en mi anterior participación en el 2017. 

Todo empezó en Marzo. El patrocinador que buscaba corredoras y nosotras buscábamos sponsor . Una compañera es piloto de aviones, bueno, ya la la conocerás del vídeo de la Federación Española de Ciclismo, Elisa Martija, que trabaja para la compañía aérea Volotea, y nos animamos a aceptar la oferta. Lo tuvimos claro, uno de los equipos iba a ir sponsorizado. 

Rápidamente pensamos que ésta era la prueba ideal para poder sacar lo mejor de nosotras y hacer un sueño realidad. Correr en un equipo íntegramente femenino. En otras ediciones, a penas se presentaban uno o dos equipos, o las mujeres que participan siempre lo hacían con equipos mixtos. Este año participamos 8 equipos femeninos y casi 50 mujeres en total!! Es el claro síntoma de que todo el trabajo que venimos haciendo de apoyar el ciclismo femenino está dando sus frutos. 

Nos pusimos manos a la obra, y diseñé el programa de entrenamiento para todas. Cada una con sus características y sus gustos a la hora de entrenar. Si no eres de gimnasio, hay que buscar alternativas, haciendo series de fuerza en la bici, por ejemplo. Y eso es lo que hice. Conociendo un poco  a las corredoras, intentaba adaptarme lo mejor posible a ellas. Que el sacrificio de entrenar duro no limara la ilusión. Hay algunas que no les importa meter horas y horas, pero a otras nos gustan entrenamientos cortos y más intensos. Otras aprovechaban el verano de por medio para hacer viajes con alforjas y adaptarse lo máximo posible al plan, o incluso, en plenas vacaciones de pareja, llevarte las zapatilla de correr para no perder la forma. El caso era estar activas y con un único objetivo, llegar a Lisboa en el tiempo establecido por la organización, nada mas y nada menos que 55h. 

La logística de esta carrera es muy complicada, y, o bien cuentas con una auto-caravana para poder ir durmiendo por el camino o lo tienes muy difícil. Aun con el vehículo en cuestión es duro ya que a penas descansas en las estaciones. 

Recordamos que la Non Stop Madrid Lisboa es una prueba de ultra resistencia que se puede hacer en modalidad sólo, o en equipos de 2, 3 o 4 participantes. Cuantas mas participantes, más opciones de descanso. 

Son 10 etapas, de diferentes características y ahí estaba uno de los puntos claves de la prueba. Saber qué etapa hacía cada una. Las más rodadoras, las más técnicas, las nocturnas, las más largas… Al final todas tenían su aquel y todas las etapas fueron duras, el clima se encargó de eso. 

El equilibrar los equipos también fue un tema decisivo y parte de la estrategia. Conociendo como conozco a las corredoras, hoy se que hicimos la mejor de las apuestas. Cada una complementaba a la otra. 

Tras el reparto de etapas, la prueba del material, los entrenos que mes a mes íbamos completando, y la parte logística resuelta, contando con que llevamos a 2 asistentes por equipo,  llegó el gran día. 

Supimos desde el principio que no iba a ser fácil. El calor que amenazaba en la salida de las Rozas hacía presagiar lo que ya estaba ocurriendo esa semana por todo España. El calor sofocante daba paso  a terribles tormentas de granizo. Que si cuando las ves desde casa, en tu sofá calentito asustan, imaginatelo en vivo y en directo en medio del monte. 

La primera etapa salio de Las rozas, con bastante calor para terminar en Robledo de Chavela. Eso hizo que las compañeras llegaran sobre el tiempo previsto pero con claros síntomas de haberlo pasado mal tras 66.5km de puro btt. con un desnivel de 1025m. 

El segundo relevo nos conduciría hasta Burgohondo. Aquí fue donde cayó la gran granizada, y hubo muchos abandonos, así como gente que salió a la carretera para evitar el barrizal que se iba formando por la montaña. Fueron 79km con 1640m de desnivel positivo. 

 

Nuestras corredoras llegaron a comentar que  sintieron miedo, y que echaron en falta a alguien de la organización neutralizando la etapa. 

Pero no se dio el caso, y llegando  con tan sólo una hora de margen para el fuera de control, pudieron darnos el  tercer relevo, que nos llevaría de noche hasta Navalperal de Tormes, pasando por la sierra de Gredos. Un pequeño pueblo ya de la provincia de Avila. Fueron 60km en plena noche cerrada. Gracias ir acompañadas, pudimos cubrir los km sin más percances que el equivocarnos en algún cruce donde el track no estaba claro. 1636m de desnivel positivo en los primeros 40km de etapa, hicieron que nos relentizaramos sobremanera, y los kilómetros pasaran muy muy despacio. 

Llegamos a destino para darle el relevo al 4º equipo en salir. Mientras, el resto del equipo descansa o ayuda con la labores de asistencia, como preparar comidas, buscar la ropa de recambio  de ducha y demás menesteres del camino. El descanso se hace difícil en pleno viaje, pero siempre buscas un rato donde poder planchar la oreja en movimiento. A la vez que miras de reojo el reloj sabiendo que el tiempo corre y necesitamos llegar en hora a cada pueblo para que podamos seguir en carrera. 

De Navalperal de Tormes a Navaconcejo, separan otros 60km esta vez un poco más amables con el desnivel, casi 500m positivos, que también fueron de noche y con una larga bajada que les  hizo poner practica todo su dominio de la bicicleta. Exhaustas también llegaron a meta nuestras compañeras, con ganas de buscar su sitio para descansar. El día y la noche han sido muy largos también para ellas. 

Comenzaba aquí la que sin duda es la parte más dura de la prueba, el amanecer, y segunda ronda, para estos primeros equipos, que por decisión común iban realizar hasta tres relevos, al ser 10 etapas a repartir entre 4. 

Sin duda fueron para mi las corredoras más fuertes afrontando las etapas finales. Y aún quedaba una noche más sin descanso. 

La 5ª etapa discurría entre Navaconcejo hasta Cañaveral. 83 km con 1200mts de desnivel positivo una etapa muy rompe-piernas, donde las fuerzas ya empezaban a restar, aunque la ilusión de llegar a meta podía con  todo. Habían sido las primeras relevistas y pudieron llegar mas o menos descansadas a este punto. Los km también pasaron lentos. El agua comenzaba a caer de nuevo, y hacía presagiar una llegada más lenta del equipo. Nuestra preocupación iba en aumento a medida que pasaban las horas y las chicas no llegaban. Al final entraban hasta con una sonrisa. 

La sexta etapa se complicó sobremanera,  ya que la lluvia y el barro hicieron que los tiempos se dilataran, y las compañeras pasaran nuevamente una de las peores etapas de la jornada, con el miedo creciente de que cayera la tormenta de granizo que ya vivieron en la etapa 2, ya que habían anunciado que una segunda tormenta nos iba a pasar por encima.  Esto nos hizo tomar algunas precauciones que luego jugaron en nuestra contra.  La salida fue desde Cañaveral que les llevaba hasta Alcantara pasando por el embalse del mismo nombre, con repechos constantes, y con una distancia de 75km con 1500m de desnivel positivo. Sin duda una de las más duras del reto. 

Llegaron caladas, y con mucho frío.

Nos tocaba el 7º Relevo, la etapa que nos llevaría hasta Cedillo. Una etapa dura, con 82km y 1400m de desnivel muy rompepiernas. Constantes sube y bajas que si al  principio parecían divertidos, pasaron factura a mitad de etapa. El comienzo fue espectacular, con vistas al puente romano, pero que para verlas, había que salvar una buena subida de escaleras, dando la vuelta al pueblo. Las dehesas del comienzo daban paso poco después a una zona más técnica mientras iba llegando la noche. No llovió, ni hacía frio, y era plena tarde con buena luz. Lo tenía todo para ser una buena etapa. Pero no fue así.  Fue una etapa para olvidar. Sabes donde está tu limite cuando realmente no puedes dar una sóla pedalada más y sabes, que si tú fallas, todo el equipo cae contigo. Era una opción que no nos lo podíamos permitir después de todo el trabajo que habíamos hecho, de todo el tiempo invertido por las compañeras en cada km de esta aventura. El peso y la responsabilidad de la prueba recaen en un instante sobre ti, y no puedes parar de llorar hasta que, consigues darle la vuelta gracias al trabajo en equipo. Un solo error en tus decisiones, en tu alimentación, una molestia estomacal puede tirarte todo por la borda y hacer que todo se vaya al garete. Correr en equipo tiene sus pros y sus contras. Y el ciclismo, lo malo que tiene, es que no puedes pedir un cambio de jugador. Eres tu o tu. Respiro hondo. Siempre hay una salida. Gracias EQUIPO. 

La llegada a Cedillo ya entrada la noche, daba paso al 8º relevo. Tomaban la salida en la oscuridad, para adentrarse en la frontera y dejar España atrás. Una etapa que se presuponía rápida pero que traía consigo las consecuencias da las lluvias caídas en la pasada jornada, y la gente iba llegando a la estación de hidratación con claros síntomas de hipotermia. Nos hacía pensar en lo peor. Aquí ya todo el equipo está encima deseando que no pase nada más que pueda mermar las pocas fuerzas que quedan. Incluso en las asistencias se nota la fatiga ya que aunque se turnan para conducir e  intentar  dormir algo, tienes el corazón encogido a la espera impaciente del siguiente equipo y con las manos ocupadas en la mecánica del siguiente. 

La llegada de las chicas, sanas y salvas, nos da un poco de aliento, y de esperanzas de que aún podemos conseguirlo. Han sido nada más y nada menos que 100km con 1300 de desnivel y muchos charcos de agua, arena mojada y sobre todo muchas horas sobre la bici, casi dos horas por encima del tiempo en condiciones secas. 

Sale de Ponte de Sor el 9º relevo, las que fueron las primeras, las que más peso llevan encima. Con el amanecer a la vuelta de la esquina, parten con la ilusión de una nueva etapa en Portugal que nos hará reencontrarnos con ellas en la última estación de hidratación, Coruche. 80km con 1000m de desnivel positivo. Esta vez ya sin agua, y con una buena luz para ver los alcornocales esquilados de su corteza dejando paso al rojizo del su tronco. 

Vamos bien de hora, y se aproximan a dar el último relevo, el que nos alzará con la victoria, la nuestra, la de haber conseguido el objetivo de llegar a meta en el tiempo permitido por la organización. 

Llegan tras una etapa que les deja buenas sensaciones, cansadas pero con la labor ya hecha y satisfechas por haberlo dado todo. Es el final para ellas también. Pero aún queda el último relevo

Salen de Coruche dirección Alenquer las últimas relevistas. Las que tiene la lleve la felicidad si conseguimos llegar en hora. La espera se hace interminable mientras vemos pasar a casi todos los equipos que han ido por delante nuestra. 

La prueba no es de carácter competitivo. Es un formato de cicloturismo y autosuficiencia, con lo que atrás quedan, si los hubo, piques con otros equipos. Esto es un sálvese quien pueda y el objetivo es terminar la Non Stop Madrid Lisboa. La prueba más dura del calendario nacional. 

Así que nos preparamos todo el equipo para recibir a las compañeras, las que tras más de 770km cruzaran la meta. Y no las queremos dejar solas. Todas hemos dado lo que teníamos y algunas más, para hacer este sueño realidad. 51h 23′

¿Merece la pena? Mas de 51h sin parar, durmiendo poco, descansando menos, sufriendo física y mentalmente… Si, si merece la pena pasar por ese trace para ver a dos equipos unidos cruzar la línea de lo imposible, de lo que nunca nos hubiéramos imaginado, al menos en nuestras mentes limitadas hasta ahora.  A partir de aquí, los sueños van a ser un poco más fáciles de alcanzar, porque sabes que tu límite está un poco más allá de donde tu creías. 

Gracias equipo VOLOTEA Y BIZIKUME por hacernos llegar tan lejos. 

Volotea: Elisa, Alazne, Amagoia y Erkuden

Bizikume: Itizar, Jone, Laiene, y Miren. 

 

 

 

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