UN DESEADO VIAJE A SENEGAL

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Como enamorada de la bicicleta y de los viajes en bici, suelo curiosear las páginas de muchas empresas del sector. Hay pocas que ofrecen un viaje como el que ofrece Bikefriendly, y cuando lo ví hace unos meses no me lo pensé dos veces y  llamé para pedir información. 

Ya no es que me guste viajar, conocer otros países con la bici, si no que además, colaboro con varias asociaciones que tienen la bicicleta como herramienta para el cambio social. Y este viaje que ofrece bikefriendly para colaborar con la ONG Bicicletas sin Fronteras lo tiene todo. Un viaje con alma.  Además, enseguida despertó en mi algo que tenía guardado desde hace tiempo relacionado con este país que te voy a contar un poco mas abajo. 

En muchos poblados de Senegal, muchos niños y niñas deben ir caminando a la escuela para poder recibir su formación diaria.  Vienen haciendo una media de 5km de ida y otros 5 km de vuelta cada día.  Esto ocasiona muchas veces ausentismo escolar, o que lleguen cansados y no rindan como se espera.  Donde  vivo, en un pueblo cerca de Pamplona, la chavalería vive a 2km del instituto y van en autobus. 

Revisé el dossier para el viaje y vi que no hacía falta llevar la bici, ya que la organización te pone una de esas bicis de ruedas gordas, una fatbike, diseñada para rodar con comodidad por arena. Y es que la zona que se visita no tiene carreteras como las que conocemos por aquí. No tener que llevar la bici en el avión es todo un lujo a la hora de viajar. 

Leyendo el dossier ya me veía pedaleando por esas calles de arena, aprendiendo  la cultura del país, degustando su gastronomía y conociendo la sede del proyecto «Bicicletas por la educación«.  Un viaje sin dificultad técnica, para disfrutar del paisaje, de la compañía y de colaborar con un proyecto relacionado con bicicletas. Sin duda alguna, mi alma me estaba diciendo que había llegado el momento de sanarme. 

¿Y por qué te digo esto? Te voy a contar algo. 

Hace unos 20 años,  era de las pocas mujeres que competía en mtb en España. Participaba en los campeonatos estatales, era una chica del montón. La bici me gustaba tanto que me daba igual una modalidad u otra. 

Un año, se hizo una challenge de 4 pruebas en btt.  Era una competición en 4 localidades a cada cuál más  diferente.  Una fue en Sariñena, en pleno desierto de Monegros, fueron 120km de puro rodaje. La ganadora fué Fátima Blazquez, que había sido compañera  en las carreras de carretera. Yo hice tercera. Subimos al podium como era de esperar.  Las dos pruebas siguientes fueron, una en Tramacastilla de Tena, en Huesca, en una carrera que fué integramente por nieve, y la tercera fue en Vitoria, dando la vuelta al conocido pantano de Ulibarri Gamboa. No ganaba las carreras, pero por puntos iba líder en la clasificación general de féminas. 

La última prueba se disputaba en Benidorm y  renuncié a participar en una vuelta por etapas de carretera con mi equipo, para poder ir hasta allí, hacerme con la general y llevarme el premio final, un viaje a Senegal. 

Recuerdo que hizo un calor terrible al que  no estaba acostumbrada.  Era junio y para las 8 de la mañana ya hacía 32º. Me quería morir!! pero una vez empezada la carrera, fui buscando mi sitio y poco poco me fui adaptando al calor. Formamos un grupito de 4 o 5 chicos y yo, y juntos llegamos a meta.  Ya en la entrega de premios,  esperaba impaciente que me llamaran al podiúm como ganadora de la general. Primero dieron los premios a los chicos y al  ganador le dieron lo que venía siendo como una enorme cartulina en forma de cheque con el viaje a Senegal que se había ganado. Cuando subí al podium, estaba tan feliz, había soñado con ese momentazo, tantas carreras, tantas horas de entreno… y cuando me dieron el premio, me correspondió un forro polar. Si, un forro polar en Benidorm!! 

No me lo podía creer!! Al parecer, en el reglamento ya ponía que el premio era para el ganador absoluto de la general y desde luego que no era yo.  Mi disgusto fue enorme. No pude articular palabra en varias horas. Mi compañero de viaje intentó hablar con la organización, pero, lo que hay en el reglamento se debe conocer de ante mano, antes de participar. 

Desde entonces, siempre que voy a una carrera, lo hago sabiendo qué hay.  Eran otros tiempos y las mujeres tuvimos que luchar mucho por conseguir la igualdad de premios en todas las categorías. 

Así pues, me juré a mi misma que algún día iba a viajar a ese país,  que ese era mi premio, que me lo había ganado a pulso al igual que todas las mujeres que participan en torneos y que tenemos que luchar muchas veces por conseguir lo mismo que los hombres. 

Y ha llegado en el mejor momento. Estoy preparada para reconciliarme con todo aquello que pasó,  para sanar mis heridas y qué mejor forma de hacerlo con un viaje con alma como este. Será en semana santa del 9 al 16 de abril. 

Si tu también has sentido algo al leer sobre este viaje, te animo a que veas éste  dossier del VIAJE A SENEGAL  y preguntes todas las dudas que te puedan surgir. Pincha AQUÍ. 

Espero que seas una de mis compañeras en este viaje. 

 

 

 

 

 

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